Yo no puedo abrir un libro sin desear ver tu cara de calma y de concentración, sin saber que no la veré más y, lo que tal vez sea incluso más grave, que no me verá más. Nunca volveré a ser mirada por tu ojos. Cuando el mundo empieza e despoblarse de la gente que nos quiere, nos convertimos, poco a poco, al ritmo de la muertes, en desconocidos. Mi lugar en el mundo estaba in tu mirada y me parecía tan incontestable y perpetuo que nunca me molesté en averiguar cuál era. No está mal, he conseguido ser una niña hasta lo cuarenta años, dos hijos, dos matrimonios, varias relaciones, varios pisos, varios trabajo, esperamos que sepa hacer la transición a adulto y que no me convertía directamente en una anciana. No me gusta ser huérfana, no estoy echa para la tristeza. O tal vez sí, tal vez sea del tamaño exacto de la pena, tal vez sea ya lo único vestido de mi talla.
Milena Busquets, También esto pasará
Editorial Anagrama